sexta-feira, 16 de março de 2012

Cerimônia do Sol - Deixando um pouco o Direito de lado

Fugindo um pouco dos temas jurídicos e anda sob o efeito do Dia da Poesia, lembrei hoje de uma viagem que fiz em 2009, para o Uruguai. Em Punta del Este, fomos assistir ao pôr-do-sol na Casa Publo, do Poeta (entre outras coisas) Carlos Vilaró. Encontrei alguns textos na internet que explicam o que encontrei lá. Reproduzo e credito abaixo. Após, algumas fotos nossas no local.


"Era uma casa muito engraçada, não tinha teto, não tinha nada...". Todo mundo conhece esses versos infantis do Vinícius de Morais. O que quase ninguém conhece é a seqüência original: "Era uma casa muito engraçada, não tinha teto, não tinha nada. Ninguém podia entrar nela não, porque na casa não tinha chão. Ninguém podia dormir na rede, porque na casa não tinha parede. Ninguém podia fazer pipi, porque penico não tinha ali, mas era feita com pororó, era a casa de Vilaró".

Vilaró é Carlos Paez Vilaró, amigo pessoal de Vinícius e idealizador do Casapueblo, a casa em Punta Ballena, no Uruguai, onde o poetinha compôs "A casa" para seus netos.

Quem passa por Punta Ballena, a apenas 15km de Punta Del Este, não consegue deixar de se maravilhar com a enorme construção branca, sem nenhuma linha reta, que se esparrama sobre as pedras à beira-mar. Tudo começou em 1958 com uma casinha simples de lata, chamada "La Pionera", que serviria de atelier ao pintor, escultor, arquiteto, cineasta, escritor e ceramista.

Com o tempo, Vilaró começou a cobrir a casa de lata com cimento e cal, pintando sempre o exterior de branco. A casa/atelier foi crescendo e interagindo com o penhasco rochoso de Punta Ballena. Quem a observa, não pode deixar de lembrar de uma mistura de Salvador Dali com Antonio Gaudí. Todo o encanamento do Casapueblo passa pela construção em relevo nas paredes, como se fossem veias de uma enorme estrutura orgânica. "Escultura para viver" é como o próprio artista chama a sua obra, que, 30 anos depois, ainda não está concluída. 

Vilaró, com mais de 80 anos de idade, continua trabalhando na sua escultura, construindo um quarto aqui, uma sala ali... O Casapueblo hoje conta com mais de 70 quartos, todos batizados com os nomes dos primeiros hóspedes. Pelé, Toquinho, Vinícius, Robert de Niro, Brigitte Bardot, Omar Sharif, Alain Delon...

Mas a melhor coisa do Casapueblo é definitivamente a visão do pôr-do-sol, que é comemorada com uma cerimônia onde os hóspedes, nas varandas, escutam uma gravação do próprio Vilaró onde ele fala sobre sua amizade com o sol, que o encontra sempre, no Tahiti ou na África. Com alguma sorte, pode-se assistir ao pôr-do-sol ao lado do próprio artista, que mantém seu atelier no ponto mais alto de sua construção.

Quem não estiver hospedado no Casapueblo, também pode participar da cerimônia do entardecer e ainda assistir a um vídeo sobre a vida e a arte de Carlos Paez Vilaró, cujo filho estava no avião que caiu no Chile, na cordilheira dos Andes, quando por meses tiveram que comer carne humana.


Vilaró escreveu um livro sobre o acidente, mostrando sua aflição de pai. Seu livro acabou virando filme de sucesso em Hollywood, mas esta não foi a primeira incursão do escultor no mundo do cinema. Em 1969, fez um filme chamado "Pulsation", filmado durante três anos no Pacífico, com música de Astor Piazolla, que é considerado o precursor da linguagem dos videoclipes.

Eis o poema que ressoa no sistema de som:

CEREMONIA DEL SOL

Hola Sol …! Otra vez sin anunciarte llegas a visitarnos. Otra vez en tu larga caminata desde el comienzo de la vida.Hola Sol…! Con tu panza cargada de oro hirviendo para repartirlo generoso por villas y caseríos, capillas campesinas, valles, bosques, ríos o pueblitos olvidados.Hola Sol…! Nadie ignora que perteneces a todos, pero que prefieres dar tu calor a los más necesitados, los que precisan de tu luz para iluminar sus casitas de chapa, los que reciben de tí la energía para afrontar el trabajo, los que piden a Dios que nunca les faltes, para enriquecer sus plantíos, y lograr sus cosechas. Es que vos, Sol, sos el pan dorado de la mesa de los pobres. Desde mis terrazas te veo llegar cada tarde como un aro de fuego rodando a través de los años, puntual, infaltable, animando mi filosofía desde el día que soñé con levantar Casapueblo y puse entre las rocas mi primer ladrillo.Recuerdo que era un día inflamado de tormenta, el mar había sustituido el azul por un color grisáceo empavonado, en el horizonte un velero escorado afinaba el rumbo para saltear la tempestad, el cielo se llenaba de graznidos de cuervos en huida, la sierra se peinaba con la ventolera alborotando a la comadreja y al conejo.Pero de golpe como un anuncio sobrenatural el cielo se perforó y apareciste vos. Eras un sol nítido y redondo, perfecto y delineado, puesto sobre el escenario de mi iniciación con la fuerza sagrada de un vitreaux de iglesia. Desde ese instante sentí que Dios habitaba en ti, que en tu fragua derretía la fe y que por medio de tus rayos la transmitía por todos los sitios donde transitabas. Los mismos brazos de oro que al desperezarte iluminan el cielo, al estirarse a los costados entibian las sierras, o apuntando hacia abajo laminan el mar.Hola Sol…! Cómo me gustaría haber compartido tu largo trayecto regalando luz, porque a tu paso acariciaste la vida de mil pueblos, compartiste sus alegrías y tristezas, conociste la guerra y la paz, impulsaste la oración y el trabajo, acompañaste la libertad e hiciste menos dura la oscuridad de los presidios.A tu paso sol, se adormecen los lagartos, despiertan los girasoles y los gallos cacarean. Se relamen los gatos vagabundos, los perros guitarrean, y el topo se encandila al salir de la cueva. A tu paso sol, hay sudor en la frente del obrero y en los cuerpos de las mujeres cobrizas que alcanzan el cántaro de la favela. Con tus latidos conmueves el mar, das música a la siembra, la usina y el mercado.A tu paso corrieron en estampida búfalos y antílopes, desperezó el león, se asombró la jirafa, se deslizó la serpiente y voló la mariposa. A tu paso cantó la calandria, despegó el aguilucho, despertó el murciélago y emigró el albatros.Hola Sol…! Gracias por volver a animar mi vida de artista. Porque hiciste menos sola mi soledad. Es que me he acostumbrado a tu compañía y si no te tengo, te busco por donde quiera que estés. Por eso te reencontré en la Polinesia, cuando te coronaron rey de los archipiélagos de nácar y los arrecifes dentellados de coral, o también en Africa, cuando dabas impulso a sus revoluciones libertarias y te reflejabas en el espejo de sus escudos tribales para inyectarles coraje. Te estoy mirando y veo que no has cambiado, que sos el mismo sol que reverenciaron los aztecas, el mismo de mi peregrinaje pintando por América, el que envolvió la Amazonia misteriosa y secreta, el que me alumbró los caminos al Machupichu sagrado del Perú, el de los valles patagónicos o los territorios del Sioux o del comanche. El mismo sol que me llevó a Borneo, Sumatra, Bali, las islas musicales o los quemantes arenales del Sahara.A diferencia del relámpago que apenas proyecta en la noche latigazos de luz, desde tu reinado planetario, tus destellos continúan activos, permanentes.Alguna vez la travesura de las nubes oculta tu esplendor, pero cuando ello ocurre, sabemos que estás ahí, jugando a las escondidas.Otras veces, en cambio, te vemos sonreír cuando las golondrinas o las gaviotas te usan de papel para escribir las frases de su vuelo.Gracias Sol, por invadir la intimidad de mi atardecer y zambullirte en mis aguas.Ahora serás la luz de los peces y su secreto universo submarino. También de los fantasmas que habitan en el vientre de los barcos hundidos en trágicos naufragios.Gracias Sol…! Por regalarnos esta ceremonia amarilla. Gracias por dejar mis paredes blancas impregnadas de tu fosforescencia.Entre ventoleras y borrascas, cruzando ciclones y tempestades, lluvias o tornados, pudiste llegar hasta aquí para irte silenciosamente frente a nuestros ojos.Porque tu misión es partir a iluminar otros sitios. Labradores, estibadores, pescadores te esperan en otras regiones donde la noche desaparecerá con tu llegada.Y como respondiendo a un timbre mágico despertarás las ciudades, irás junto a los niños a la escuela, pondrás en vuelo la felicidad de los pájaros, llamarás a misa.A tu llegada, se animará el andamio con sus obreros, cantarán los pregoneros en las ferias, la orilla del río se llenará de lavanderas y entrará la alegría por la banderola de los hospitales.Chau Sol…! Cuando en un instante te vayas del todo, morirá la tarde. La nostalgia se apoderará de mí y la oscuridad entrará en Casapueblo. La oscuridad, con su apetito insaciable penetrando por debajo de mis puertas, a través de las ventanas o por cuanta rendija encuentre para filtrarse en mi atelier, abriéndole cancha a las mariposas nocturnas. Chau Sol…! Te quiero mucho…Cuando era niño quería alcanzarte con mi barrilete. Ahora que soy viejo, sólo me resigno a saludarte mientras la tarde bosteza por tu boca de mimbre. Chau Sol…! Gracias por provocarnos una lágrima, al pensar que iluminaste también la vida de nuestros abuelos, de nuestros padres y la de todos los seres queridos que ya no están junto a nosotros, pero que te siguen disfrutando desde otra altura.Adiós Sol…! Mañana te espero otra vez. Casapueblo es tu casa, por eso todos la llaman la casa del sol. El sol de mi vida de artista. El sol de mi soledad. Es que me siento millonario en soles, que guardo en la alcancía del horizonte.

Fontes: aqui e aqui.

 Patrícia, minha esposa, no estacionamento da Casa Pueblo

 Eu, Vilaró, um papagaio de pirata e Patrícia

 Atrás de mim, uma amostra da enorme estrutura, que é mais obra de arte

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